EUROPA
PRESS
20 agosto
2020
¿Tienes
hiperhidrosis o sólo sudas demasiado? Diferéncialas
La hiperhidrosis es la producción de
sudor anormal o excesiva ante el ejercicio leve,
frente a estímulos emocionales (tipo estrés), o ante un aumento de la
temperatura. En estos casos se suda en exceso y sin ningún motivo aparente, y
puede ser muy incómodo para quien lo padece.
¿Cómo sospechar de esta patología? La doctora Olga González
Valle, jefa de Sección de Dermatología del Hospital Universitario de Getafe
(Comunidad de Madrid), apunta en una entrevista con Infosalus
que en estos casos se produce una secreción excesiva de sudor, que puede ser
localizada (palmas, plantas, axilas), o bien generalizada.
"La piel está mojada, y a veces incluso gotea en las
palmas de las manos o en las plantas de los pies, así
como en las axilas, en el cuero cabelludo o bien en la espalda, incluso
llegando a empapar la ropa o el cabello", matiza la especialista.
Según concreta la miembro de la Academia Española de
Dermatología y Venerología (AEDV), esta patología
afecta a casi el 3% de la población y su diagnóstico es clínico.
"Normalmente el paciente acude a la consulta refiriendo un exceso de
sudoración, y se puede comprobar observando la piel que está húmeda y a veces
más fría o caliente de lo normal", aprecia la experta.
Además, recuerda que existe un test (Test de Minor) en el que se aplica una solución de yodo sobre la
piel y posteriormente polvos de almidón. "Con el sudor toma una coloración
oscura. Nos sirve sobre todo para delimitar la zona de hiperhidrosis en las
formas localizadas", añade.
En concreto, la doctora González Valle indica que la
hiperhidrosis puede ser primaria o secundaria. En el caso de la primaria, ésta
se caracteriza por: Aparecer sin causa aparente y con mucha frecuencia con
antecedentes de casos similares en la familia. Puede manifestarse desde la
infancia o la pubertad. No se suda durante la noche, y no tiene gravedad. Suele
ser localizada en palmas, plantas y axilas.
En el caso de la hiperhidrosis secundaria dice que puede ser
debida a cambios fisiológicos como la menopausia; a algunos medicamentos
(antidepresivos, tratamientos hormonales, antiinflamatorios o ácido acetil
salicílico); o bien a enfermedades (alteraciones de tiroides, infecciones,
tumores, enfermedades neurológicas). En este caso puede iniciarse en el adulto,
suele ser generalizada, a veces más intensa por la noche, y asocia otros
síntomas como fiebre, pérdida de peso, temblores, entre otros.
Varios
tratamientos, incluida la cirugía
En cuanto al tratamiento, la experta del Hospital
Universitario de Getafe remarca que existen varias opciones, desde los
tratamientos tópicos, hasta la cirugía. En el caso de los tratamientos tópicos,
menciona a los desodorantes, que no reducen la sudoración, pero sí evitan el
mal olor corporal; así como los antitranspirantes, compuestos a base de cloruro
de aluminio en solución, toallitas o geles, que se aplican por la noche con la
piel seca, inicialmente a diario y luego 1-2 veces en semana, eso sí, como
inconveniente advierte de que pueden irritar la piel. Apunta a su vez a otra
serie de soluciones (glucopirrolato o formalina,
entre otros).
Como segunda opción se encontrarían los tratamientos por vía
oral, especialmente para la hiperhidrosis generalizada, tales como la oxibutinina (anticolinérgico), que como inconveniente,
según precisa, dependiendo de la dosis puede provocar sequedad de boca y ojos,
retención urinaria, o hasta visión borrosa. También cita a los ansiolíticos en
los casos de estrés o de ansiedad.
La doctora González Valle señala que también la
hiperhidrosis puede tratarse a través de parches transdérmicos de toxibutinina, o bien gracias a la toxina botulínica
inyectada directamente en las áreas de hiperhidrosis. "Se utiliza en casos
de hiperhidrosis severa en axilas y en palmas. El efecto suele durar unos 4-6
meses. El inconveniente es el precio elevado, que las inyecciones son
dolorosas, y en manos hay que tener mucha precaución para evitar la difusión de
la toxina que puede dificultar la movilidad de los dedos", advierte la
jefa de Sección de Dermatología, del Hospital Universitario de Getafe.
Otra opción en el tratamiento de la hiperhidrosis es la
iontoforesis, un aparato que hace pasar una corriente eléctrica suave a través
de agua, en las manos o en los pies. "Esta corriente permite cerrar las
glándulas sudoríparas. Se comienza con varias sesiones a la semana, y luego
como mantenimiento una sesión cada 1-3 semanas", mantiene la miembro de la
AEDV.
En último lugar se encontraría la cirugía, que en este caso
se denomina según apunta Simpatectomía transtorácica endoscópica, por la que, a
través de una incisión en la axila, se accede a los ganglios que controlan la
sudoración y estos se destruyen, de forma que se elimina la sudoración en las
palmas, aunque con menor eficacia en las axilas. "Como inconvenientes son
que, a veces, como consecuencia de la cirugía puede producirse una
'hiperhidrosis compensatoria' o un aumento de la sudoración en otras zonas como
la espalda.
Según asegura la dermatóloga, esta patología no tiene
curación definitiva, salvo en el caso de la intervención quirúrgica para la
hiperhidrosis palmar.
"Cuando el estímulo son las alteraciones emocionales
puede ayudar el tratamiento psicológico para el control emocional",
agrega.